Aquí nos explican los expertos.
Es bastante común que un niño enfermo tenga una fiebre de 104°F (40° C) o incluso 105°F. Para dañar el cerebro, la temperatura de un niño debería alcanzar los 107.6° F (42° C), algo difícil de imaginar, a menos que el niño estuviera encerrado en un auto caliente o excesivamente abrigado cuando tiene fiebre.
Así que no te asustes si tu hijo tiene fiebre. De hecho, aunque la fiebre es signo de que algo anda mal, en muchos casos ayuda a combatir una infección al aumentar la temperatura corporal porque la mayoría de bacterias y virus viven y se reproducen a una temperatura de 98.6°F (36°C).
La fiebre fuerza al sistema inmunológico a producir más células blancas y anticuerpos.
Lo que sí puedes hacer si tu hijo está enfermo es tratar de aliviarle el malestar y mantenerlo hidratado. Si es un bebé menor de un año, asegurarse que tome su leche materna o biberón con fórmula maternizada como lo hace habitualmente. Si ya toma agua, se le puede dar agua también o suero pediátrico.
Es importante notar que si tu bebé es menor de 3 meses, siempre hay que llamar al médico en caso de fiebre. Es muy importante acudir de inmediato al doctor con los bebés chiquitos que presentan cuadros febriles.
Es importante notar que si tu bebé es menor de 3 meses, siempre hay que llamar al médico en caso de fiebre. Es muy importante acudir de inmediato al doctor con los bebés chiquitos que presentan cuadros febriles.
Respecto al uso de medicamentos en niños más grandecitos, si tu hijo está muy irritable y molesto, se le puede dar una medicina contra la fiebre aprobada por el pediatra, siguiendo la dosis aconsejada para el peso de tu hijo. Siempre hay que monitorear que la dosis sea medida de manera correcta, usando el gotero o el vasito que viene con el medicamento.
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