Se trata de un viaje tan largo y duro para ellos (tienen que nadar durante 10 horas), que sólo alrededor de 400 sobreviven. De estos, solamente uno puede atravesar la membrana exterior del óvulo (el ganador tarda 20 minutos en poder entrar).
A lo largo de las 10 a 30 horas siguientes, el núcleo del espermatozoide se funde con el del óvulo para combinar el material genético que trae cada uno. Si el espermatozoide que ganó la carrera lleva el cromosoma Y, tu bebé será un niño; y si lleva el X, será una niña.
El óvulo fecundado emprende ahora otro viaje: tiene que ir desde la trompa de Falopio hasta el útero, donde se "enterrará" o implantará en la pared. Un día o dos después de haber entrado en el útero empieza a enterrarse en la mullida pared de la matriz, sin dejar de crecer y transformarse.
En este momento tu bebé es sólo una minúscula bolita de células que se conoce como "blastocito". El blastocito está dividido en tres partes: tiene un grupo de células en el interior, que son las que crecerán para convertirse en un bebé; un huequito lleno de líquido que se transformará en el saco amniótico, y otro grupo de células en el exterior que será la placenta. La placenta es un órgano con forma de panqueque por medio del cual el bebé recibirá el oxígeno y los nutrientes que entren en tu sangre. A través de la placenta, también se eliminarán los productos de desecho.
Fuente: http://espanol.babycenter.com
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